Esperanza de vida de hondureños es la segunda más baja de Centroamérica debido a precario sistema de salud pública

En 2022, hondureños recibieron 7 millones de atenciones menos en el sistema de salud y en los hospitales básicos la mora quirúrgica de 2022 fue 560 % más alta que la del 2019, pasó de 336 a 2,219 respectivamente.

Tegucigalpa, 28 de febrero de 2023. El deterioro continuo del sistema de salud pública no responde a las necesidades de la población y coloca a Honduras como el segundo país de Centroamérica con la esperanza de vida más baja para sus ciudadanos, indicó este martes la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ) en la presentación del informe “Estado de país 2023: Diagnóstico del sistema sanitario hondureño”.

“Estado de país” es una iniciativa del capítulo hondureño de Transparencia Internacional lanzada en 2022, que recopila datos y análisis de expertos para informar y empoderar a la ciudadanía, y para incidir con propuestas de políticas públicas pertinentes y realistas. En la segunda entrega de este año fue analizada la situación del sistema de salud público y las carencias que enfrentan los hondureños para acceder a este derecho.

La ASJ reconoce el esfuerzo del gobierno de la presidenta Xiomara Castro al aumentar el presupuesto en Salud, sin embargo, comparte que en comparación a la región sigue siendo uno de los más bajo. Además, el abordaje curativo y no preventivo, fragmentado, politizado y, en las últimas décadas, con una capacidad técnica reducida; han causado un deterioro continuo del sistema de salud pública y con la pandemia covid-19 se evidenció los principales problemas como la alta exclusión, la baja calidad de la atención y la ineficiente administración de recursos para garantizar un servicio pertinente, digno e integral.

El análisis revela que, en relación con el promedio centroamericano, los hondureños tienen un año menos en su esperanza de vida, que es un indicador que refleja la efectividad de la aplicación de productos antibióticos, vacunas, las mejoras médicas, y otros avances que ayudan a prolongar la vida de los individuos.

En cuanto a cobertura, aún con las grandes necesidades por las condiciones de salud de la población, las atenciones en el sistema de salud pública entre 2021 y 2022 disminuyeron. En 2022 hubo 7 millones 610 mil atenciones menos en el sistema de salud pública en Honduras, lo cual representa una reducción interanual de un 45 %. Esto influye en las altas tasas de mortalidad infantil y de mujeres.

Además, los hondureños mueren por causas que pueden ser prevenibles. La enfermedad coronaria, la violencia interpersonal, y el derrame cerebral constituyeron las principales causas de muerte y discapacidades en el país y también Honduras no ha logrado controlar la prevalencia del dengue.

Sumado a esto, el sistema de salud pública en Honduras carece de un régimen de información logística vinculado a la compra y distribución de medicamentos y la carencia de estos influye en los altos índices de mortalidad, para referencia, en una encuesta realizada por ASJ en 2022, el 62 % de pacientes reportó que recibieron de forma incompleta o que no recibieron ninguno de los medicamentos que les recetaron en el establecimiento de salud y 76 % de médicos y enfermeras reportaron que no tenían insumos o que tenían, pero no eran suficientes y en los hospitales básicos la mora quirúrgica de 2022 fue 560 % más alta que la del 2019, pasó de 336 a 2,219 respectivamente.

Pese al leve aumento en el presupuesto para este sector, Honduras es el segundo país con un gasto per cápita más bajo en Centroamérica. Con un gasto anual de USD 271 por paciente, solo Nicaragua gastaba menos, mientras que todos los otros países superaban los USD 300. Esto ha causado que los hondureños, en comparación con los otros centroamericanos, paguen más de su propio bolsillo en sus necesidades de salud.

“Estos datos, demandan trabajar con urgencia una intervención verdadera y profunda del sistema de salud pública para atacar los problemas reales y actuales de la salud de la población hondureña, es impostergable un comienzo para construir juntos un sistema de salud enfocado en la población que atiende el sistema de salud público”, señaló, Blanca Munguía, directora del sector Salud de la ASJ.

 

PPT Estado de País Salud - 2023

Ampliar cobertura y cumplir merienda escolar deben ser prioridades para garantizar el derecho a la educación a dos millones de niñas, niños y jóvenes en 2023

  • En 2022, un millón 65 mil niños, niñas, y adolescentes (NNA) no tuvo acceso a la educación.
  • El gasto de educación como porcentaje del PIB en 2022 es el más bajo de los últimos ocho años. Lo asignado a compra de textos apenas cubría el 1.7% de la población estudiantil.

Tegucigalpa, 14 de febrero de 2023. Tras el rezago a causa de la pandemia de covid-19, el nuevo año escolar representa un reto y oportunidad para las autoridades educativas en el incremento de la matrícula, para garantizar el derecho a la educación a más de dos millones de niñas, niños y jóvenes, apuntó este martes la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ) en la presentación del informe “Estado de país 2023: La realidad del sector educativo”.

“Estado de país” es una iniciativa del capítulo hondureño de Transparencia Internacional lanzada en 2022, que recopila datos y análisis de expertos para informar y empoderar a la ciudadanía para incidir con propuestas de políticas públicas pertinentes y realistas.

En la primera entrega de este año fue analizada la situación del sistema educativo público y los persistentes niveles de exclusión, principalmente en prebásica y media.

La ASJ reconoce el incremento de la inversión en merienda escolar y la matrícula gratis, ya que representan incentivos para que las familias con menores ingresos envíen a sus hijos a la escuela y por ello es importante garantizar que los fondos se ejecuten con transparencia y que lleguen a los más necesitados.

Sin embargo, los datos presentados por ASJ indican que, pese a incentivos de la administración de la presidenta Xiomara Castro como la restitución de la matrícula gratis y un ligero incremento de 24 mil estudiantes en la matrícula en comparación con 2021, un millón 65 mil estudiantes se encontraban fuera del sistema en 2022. A este ritmo tomaría 50 años llegar a una cobertura del 100 %.

Esta cifra representa un estancamiento en la exclusión educativa de 40 % en los últimos siete años, por lo que garantizar el derecho a la educación sigue siendo una lucha constante en Honduras.

En cuanto a la calidad, la ASJ resaltó que desde 2019 no se evalúa la calidad de los aprendizajes; entonces, 81 % de estudiantes en tercero, sexto, y noveno grado mostraban un nivel de desempeño “insatisfactorio o debe mejorar” en matemáticas; en lectura, 61 % de los estudiantes mostraba la misma deficiencia, por lo que es imperativo que en 2023 se realicen evaluaciones para enfocar esfuerzos de mejora. La ASJ también mostró que las tasas de repitencia continúan incrementando cada año y que Gracias a Dios muestra los niveles más altos.

En 2022, Honduras continuó con casi 700 mil personas mayores de 15 años sin saber leer y escribir.

Uno de los hallazgos más preocupantes en cuanto al gasto en educación fue la disminución del presupuesto para la compra de textos de enseñanza. Lo asignado en 2022 equivale a textos para apenas 31,171 estudiantes (1.7 % de la población en edad escolar), mientras lo ejecutado en infraestructura solo representa el 0.7 % del presupuesto total de educación.

“Presentamos datos para provocar un cambio. En 2022 reconocemos el retorno a clases presenciales, la matrícula gratis y la aprobación de mil millones para merienda escolar. Si los centros educativos siguen cerrados en 2023, tendremos otra generación perdida. Hay que tener la política de alimentación escolar disponible en el mes de febrero porque es la que engancha al sector más pobre de los estudiantes, de lo contrario, no vamos a llegar a los dos millones de estudiantes”, señaló Dennis Cáceres, director del sector Educación de ASJ.

Estos y otros datos sobre la situación del sistema educativo hondureño se encuentran disponibles en www.estadodepais.asjhonduras.com.

¡Por nuestros hijos! Seamos vigilantes de que se cumplan los 200 días de clase y se brinde merienda escolar este 2023

  • Puede unirse a un grupo de padres, madres de familia y ciudadanía en general que da seguimiento a una escuela para informar si los niños y niñas están recibiendo clases presenciales.

Los hondureños y hondureñas pueden ser garantes de una educación de calidad para nuestros niños, niñas y jóvenes a través de veeduría que promueve la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ), para contabilizar el número de días clase y merienda escolar que reciben los niños de centros educativos públicos este año.

Realizar este seguimiento y ser parte de él, es importante porque según investigaciones, el factor económico es la primera causa de deserción por lo que, si en el centro educativo se entrega la merienda escolar todos aquellos niños cuyos hogares están en extrema pobreza acudirán a clases motivados por la merienda escolar.

Por otro lado, la alimentación aumenta las posibilidades de aprendizaje ya que produce la energía que el cerebro necesita para mantenerse activo, y en las condiciones óptimas, sin embargo, en 2022 únicamente se dieron 97 días de clases presenciales (de los 200 que establece la ley), significa que el año pasado se le entregó el derecho a la educación a los niños en menos del 50%.

¿Cómo puede unirse para contabilizar los días que se da de clases presenciales y merienda?

  •  Identifique un centro educativo público (al que asiste su hijo, un conocido/vecino, familiar etc.)
  • Registre en este enlace (https://asjhonduras.com/AulasAbiertas/) de manera periódica, si el centro educativo escogido dio clases y merienda.
  • Envíe la información (dar enviar al completar la ficha digital)

Si tiene consultas o dudas sobre este proceso de veeduría puede comunicarse:  veedores@asjhonduras.com.

Antes de la pandemia las brechas de aprendizaje entre la escuela pública de la privada eran de 2 años, con el cierre de los centros educativos por la pandemia, y el incumplimiento de los 200 días de clase efectiva, esta brecha se aumentó a 3 años.