Educación inclusiva: urge apoyo a niños con necesidades especiales

 

  • Diez por ciento de los niños del sistema educativo público de Honduras presentan algún tipo de necesidad educativa especial.
  • Solo uno de cada diez niños con discapacidad recibe atención en el aula de clase.
  • Pese a que su atención está contemplada en la Ley de Educación Inclusiva, que entró en vigencia en 2014, el presupuesto asignado y el personal capacitado es insuficiente para la atención integral desde el salón de clase.

Tegucigalpa.  Docentes de Francisco Morazán participaron en el taller sobre Atención a Niños con Problemas de Aprendizaje, Autismo e Hiperactividad impartido por la experta argentina en psicología social y terapéutica, Guillermina Graciano.

Durante el encuentro los educadores compartieron experiencias sobre cómo el déficit de recursos pedagógicos, sociales y económicos impactan en la calidad educativa que reciben los estudiantes con capacidades diferentes.

En Honduras un estimado de 200 mil niños inscritos en el sistema educativo público cuentan con alguna dificultad de aprendizaje y de ellos 55 mil tienen una discapacidad y solo uno de cada diez recibe la atención adecuada en las aulas, según datos revelados por Nubia Tercero de la Unidad de Educación Especial de la Secretaría de Educación.

Tercero señala que el presupuesto asignado es insuficiente para atender la demanda en los centros educativos y que se cuenta con menos de 1500 docentes capacitados en educación especial. Asimismo, lamentó que cada gobierno cambia las personas asignadas a las departamentales, lo que afecta el seguimiento de los programas.

Ante esta situación, Guillermina Graciano sugiere iniciar acercamientos para realizar un convenio entre países para que docentes puedan especializarse en atención a niños con discapacidades y diversidades sociales y además conformar un posgrado nacional de capacitación docente.

“Esto permitiría contar con docentes capacitados para atender a niños con diversidad de capacidades en escuelas específicas de acuerdo a sus necesidades, por ejemplo: disminución visual, disminución cognitiva, discapacidades motrices, inhabilitación; para luego incorporarlos en escuelas comunes”, explicó Graciano.

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La experta argentina señaló que como primer paso es “básico diagnosticar la situación del niño ya que a partir de la misma el maestro especializado realiza la planificación para lograr la máxima potencialidad del niño”.

Hacia una educación inclusiva en Honduras

Blanca Munguía, coordinadora de Transformemos Honduras, explicó que sí bien se ha promovido la educación inclusiva en los últimos dos años, los esfuerzos han sido mínimos y “todavía es fuerte el tema en los centros educativos sobre cómo atender a los estudiantes con discapacidad o con alguna especialidad en su actuar”.

Sumado a esto, es importante que los centros educativos cuenten con infraestructura y personal capacitado que permita la atención de estos estudiantes.

“En estos momentos, podemos afirmar que la mayoría de los centros educativos no cuentan con el recurso humano, ni la infraestructura para atender estas especialidades, lo que impacta como un elemento de frustración para estos niños”, explica Munguía.

Este extremo es confirmado por uno de los directores* asistentes al taller: “No hay condiciones para atender alumnos con capacidades diferentes. En el centro educativo que dirijo hemos tenido estudiantes de hasta 14 años con problemas de movilidad, audición y habla que eventualmente abandonan sus estudios pues no hay personal adecuado para sus necesidades. Solicité apoyo a las autoridades de Educación y lo que me ofrecieron fue enviarme maestros, pero en una especie de intercambio por otros de la nómina”.

De igual importancia calificó la asignación de un psicólogo en su centro, ubicado en una de las colonias más conflictivas de la ciudad. “Tenemos gran cantidad de problemas: hay acoso y abuso sexual, violencia manifestada en todos sus niveles, dentro de sus casas y en la comunidad”.

“Tengo alumnas que han sido abusadas por familiares, que conviven con pandilleros, que llegan armadas; pero hasta ahí llego porque ya tuvimos un caso en el que una madre de familia casi muere y una orientadora estaba por correr la misma suerte. Si yo meto mis narices, me van a matar y yo tengo familia que proteger también”, relató.

Y es que como señala Guillermina Graciano, la diversidad de capacidades en un niño, sumado al nivel socio-económico y la ausencia de una estructura de coherencia y ternura limita la readaptación del estudiante en su ambiente por lo que además de la participación de maestros y Estado es necesaria la participación familiar.

*Nombre fue omitido por seguridad