Un deseo de salir adelante recompensado por Transformemos Honduras

Tegucigalpa. Desde que inició la escuela hace siete años, Osman Evelio Acosta Toledo ha resaltado por su dedicación en los estudios. Este empeño le valió el reconocimiento como alumno de excelencia por parte de Transformemos Honduras (TH) en enero pasado, junto a otros 39 estudiantes de ocho ciudades del país.

Los niños fueron premiados en el marco de Costa a Costa 2016, la vuelta ciclística más grande de Honduras, mediante la cual más de 150 ciclistas llevaron el mensaje por una educación de calidad de norte a sur del territorio nacional.

Osman fue uno de los cinco niños seleccionados por la Dirección Departamental de Educación de Francisco Morazán para ser galardonados. Aunque fue estudiante de excelencia desde primer grado, esta fue la primera vez que recibió un premio por sus buenas calificaciones.

Con 12 años de edad, ojos oscuros, tez trigueña y una voz que transmite tranquilidad y cierta timidez, Osman asiste a la escuela José Ramón Cálix Figueroa de la colonia Quezada de Tegucigalpa, donde inició este año el séptimo grado.

Como reconocimiento a su desempeño académico en 2015, el niño recibió una bicicleta, una Tablet, un kit escolar, una beca y una medalla, por parte TH y los patrocinadores de Costa a Costa 2016.

La emoción inunda su rostro al recibir los regalos y busca la mirada de su abuela, doña Amada, quien tampoco puede ocultar su alegría y agradecimiento.

“Ojalá todos los niños tuvieran todo lo necesario para estudiar”. Sueña con que sus compañeros puedan obtener becas, paquetes de libros y útiles escolares… “todo lo necesario”, comenta el niño sin dejar de sonreír.

“Fuera bueno que todos los alumnos ganaran esto”, añade, aunque reconoce que “tienen que esforzarse para alcanzar sus metas, estudiar”.

El pequeño es amante de las matemáticas y el español, siempre lo ha sido. Su abuela, doña Amada, comenta que “en el deseo de él está estudiar y ser algo más importante en la vida”.

Un orgullo familiar

 

Doña Amada junto a su nieto Osman.

Doña Amada junto a su nieto Osman.

Doña Amada es la encargada de cuidar al niño, cuya madre es una de las muchas emigrantes que dejó el país en busca de un mejor futuro para su familia.

La señora habla con orgullo de su nieto, a quien califica como “un alumno muy especial en todos los aspectos. Un niño muy moderado, que conoce de la palabra del Señor que es lo más importante hoy en día, inculcar ese valor eterno en las vidas de nuestros hijos”.

“Tengo todos sus cuadernitos desde preparatoria. Sentía algo en mí que me motivaba, que me decía que este niño iba a ser especial y esto es una bendición de Dios”, revela.

Supieron del reconocimiento de TH a través de la directora de la escuela. Les fue imposible acudir a la premiación que tuvo lugar en el Parque Central de Tegucigalpa el 9 de enero pasado; sin embargo, fueron contactados por la organización para hacerles entrega de los regalos.

“Lo bueno es motivar a los niños y a sus padres, a estar pendientes de sus estudios, porque esto es un gran mérito para uno como padre y abuelo, estar siempre inculcándole valores a sus hijos, estar pendiente de ellos, de su alimentación, su aseo, su uniforme y todo”, dijo con satisfacción doña Amada.

Y añadió que “estoy muy agradecida con estos patrocinadores. Esto es algo que para mí tiene un valor muy especial”.

Finalmente, abrazando a su nieto, la señora insta a TH a continuar la tarea que durante seis años ha permitido más días de clase para los niños, más presencia de docentes en las aulas y mejorar la calidad educativa.

“Sigan adelante con estos proyectos, motivando a los niños principalmente, porque con este esfuerzo uno espera que se superen, no por el presente, sino por el futuro porque la educación es algo que se van a llevar a la tumba”, apunta.