Tegucigalpa. Nuzzly Anahelly Betanco Maldonado, es una niña de 11 años que cursó el año pasado el sexto grado en la escuela Froylán Turcios de la colonia Brisas del Norte, en el norte de Tegucigalpa, obteniendo una calificación de excelencia académica perfecta con 100%.

La estudiante destacó desde el kínder por sus excelentes notas y su gran disposición para ayudar a sus compañeros, pero fue hasta este año que recibió un reconocimiento en una ceremonia pública a través del Costa a Costa 2016: Pedaleando por la Educación, una carrera ciclística a través de país organizada por Transformemos Honduras (TH) para promover una educación de calidad para los niños y niñas de Honduras.

La sonrisa en el rostro de Nuzzly fue quizás la más notoria entre los cuatro niños que se pararon en el escenario para ser premiados por su excelencia académica durante el año lectivo 2015.

La pequeña aseguró ante decenas de personas congregadas en el Parque Central de Tegucigalpa que disfrutaba de la escuela y de todas las materias que sus educadores impartían.

Ella y otros tres niños recibieron en esa ceremonia medallas, becas, kits escolares, mochilas, tablets, productos de consumo y hasta bicicletas donadas por los patrocinadores del evento que tuvo lugar entre el 4 y 10 de enero.

La niña escuchó sobre TH por primera vez cuando le informaron que sería una de las estudiantes premiadas en la sexta edición del Costa a Costa; sin embargo, comparte el sueño de la organización de transformar el país y que todos los niños puedan asistir a las escuelas.

Con evidente emoción, expresó su agradecimiento por los premios. “Soy una de los cinco niños de todo Francisco Morazán con las mejores notas”, dijo con alegría.

Acompañada por su madre, contó a TH que tiene dos hermanitos menores, a quienes incentiva para seguir sus pasos. “Yo les digo que se pongan las pilas para que saquen 100 y tengan excelencia académica”, comentó.

Además, relató que quiere ser maestra, “ser valiente y enseñarle, darle un poco de amor a los niños” porque desea que al igual que ella, otros tengan la oportunidad de aprender.

Su maestra de grado, Miriam Aguilar, quien desde hace 30 años se dedica a la enseñanza y es una de las fundadoras de la escuela Froylán Turcios, aseguró que Nuzzly fue un gran apoyo para ella durante el año pasado, así como para sus compañeros del sexto grado.

“Nosotros nos poníamos a ayudarles, cuando en un examen no entendían. Con otros compañeros, nos unimos los de excelencia y les ayudamos a los otros porque a algunos no les gustaba estudiar y nosotros nos poníamos a estudiar con ellos”, confirmó la pequeña de ojos oscuros y vivaces.

Nuzzly y otros alumnos de excelencia académica formaron un equipo para dar tutorías a sus compañeros que presentaban problemas en matemáticas y otras materias. “Nosotros les explicábamos y ellos lo hacían. Es bueno ayudar a las demás personas”, añadió.

Recordó en particular el caso de uno de sus compañeritos, cuyas calificaciones en las pruebas periódicas eran generalmente de cero. “Ahora saca 30 de 30”, dijo orgullosa, al tiempo que pidió a los padres “poner más esfuerzo” para que sus hijos aprovechen de mejor manera la educación que reciben y a las autoridades, cuidar de la niñez, que es el patrimonio del país.

Un esfuerzo mutuo

Karly, la madre de Nuzzly, expresó a TH su agradecimiento por el reconocimiento hecho a su hija y sostuvo que “el don de ella es enseñar”.

Contó que la menor dedica gran parte de su tiempo a estudiar y que en todo momento tiene el apoyo de su familia, docentes y autoridades de la escuela.

“Para mí fue un esfuerzo mutuo, porque yo la apoyo a ella al mil por ciento. La voy a traer, la voy a dejar a la escuela, en una tarea que ella no entienda si está en mi capacidad yo se la explico. Me gusta su conocimiento, ella es bien expresiva y le encanta enseñar”, manifestó.

Sin embargo, Nuzzly tuvo que decir adiós a la escuela Froylán Turcios, ya que el centro solo ofrece los seis primeros grados del sistema educativo básico.

“Le pido a las autoridades que miren un poquito más a las escuelas, que les ayuden a la transformación, porque nosotros tenemos en la escuela un centro básico, no pudimos recoger el dinero para hacer séptimo, octavo y noveno grado. Lo que nosotros quisiéramos es que ellos nos ayudaran”, señaló.

Agregó que “necesitamos el centro básico porque así ellos no tendrían que buscar un colegio para irse porque allí se quedarían, no estaríamos pensando dónde movernos o dónde irnos, sino que se quedaría ahí mismo”.

Según la subdirectora Martha Lidia Hernández, la escuela tiene un terreno disponible en el cual podrían funcionar las aulas, pero no cuenta con los fondos para la construcción.

Los padres de familia han realizado actividades para recaudar fondos, entre ellas rifas y ventas de comida, pero aún no logran recolectar lo necesario.

“Falta todavía y nos gustaría que nos apoyaran con eso”, insistió Karly.

Además de Nuzzly, fueron premiados en Tegucigalpa otros tres niños: Jeimy Nicolle Torres Ortiz de la escuela Juan Ramón Molina de la colonia San Miguel; Osman Evelio Acosta Toledo de la escuela República de Perú de la colonia El Pedregal y Leonardo José Ordóñez Campos de la escuela Simón Bolívar de la colonia Las Mercedes.

Mientras Densy Franscisco Vásquez López, de la escuela Rafael Pineda Ponce de la colonia Unión y Fuerza de Comayagüela, se presentó a las oficinas de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ) para reclamar su reconocimiento.

Costa a Costa se realiza desde 2011 con el objetivo de dar a conocer la labor de TH en materia educativa y cuenta con el apoyo de diversas organizaciones, instituciones e iglesias. La edición de este año fue posible gracias a posible gracias al patrocinio: Central de Mangueras en Nivel Plantinum, Diario El Heraldo, Grupo Jaremar, Fundación TIGO y World Vision Honduras en Nivel Gold, Hotel Marriott, Cuadernos Copán, COTRAMSUL, JETSTEREO, Grupo Flores, Despensa Familiar, Cervecería Hondureña, Fundación Agrolibano, BAC Honduras, Bike Center, Cascadas Mall y Compassion International Honduras en Nivel Silver.